Por: Dania Betzy Batista.
La mujer palestina ha tenido un
destacado y decidido papel en la lucha por la liberación de Palestina por
muchas décadas. Si damos un vistazo a través de la historia, percibiremos los
innumerables casos de mujeres que han dedicado su vida a esta lucha. Veamos, en
1920 los Palestinos se enfrentaban a dos fuerzas opresoras: los británicos y
los inmigrantes hebreos. Frente a esta situación, las mujeres palestinas fueron
pasando por varias facetas, primeramente, en lo social, ya que debido a los
sangrientos acontecimientos, se hacen conscientes del sentido militante de
cuidar a los lesionados, con ello van formando parte del movimiento de trabajo
social voluntario, el cual una vez
estando allí, les permitió integrarse, en la lucha social y política.
Luego en 1921, con la
creación de la Unión de las Mujeres Árabes, la cual inicia actividades de tipo
humanitaria y médica a favor de quienes luchaban contra el dominio inglés, van
reflexionando que es importante no aislar la acción social de la acción
política.
Posteriormente en 1929, se realiza el
Primer Congreso de Mujeres Árabes palestinas, el cual contó con la
participación de más de 300 delegadas de todo el país. Las participantes a tal
evento elevaron protestas a la Sociedad de Naciones ante las terribles
injusticias de las cuales eran víctimas los habitantes árabes. Al finalizar
este congreso se emite una declaración en la cual se señala “apoyar a sus
hombres en esta causa nacional”.
Subsiguientemente en la década de
los años treinta, se organiza un movimiento llamado Zahrat Al-Okhowan, el cual
estaba conformado por un nutrido grupo de mujeres militantes, quienes combatían
la ocupación inglesa en Palestina.
En 1936, se lleva a cabo una huelga
general, en reacción al desplazamiento que estaban llevando a cabo los judíos
contra los palestinos en sus territorios; en la misma participaron hombres y
mujeres y tuvo una duración de 6 meses. Ella buscaba boicotear todos los
productos judíos y extranjeros. Con esta acción se logró además, la
concientización de mujeres árabes de otros países, para que se solidarizan con
Palestina. Gracias a ello, se realiza el Congreso de las Mujeres de Oriente en
El Cairo en 1938 concretizando este fin.
Para el año de 1940, las mujeres
incursionan en el mundo de la información, escuchándose por vez primera su voz
en Radio Jerusalén. Así como también en la literatura con la publicación de
poemas y cuentos, en los periódicos “Palestina” y “El Yihad”.
Siete años después, con la creación
del Estado colonial de Israel por parte de la ONU y la partición de Palestina,
cerca del 90 por ciento de la población palestina, fue expulsada de su
territorio por la fuerza. ¿Cuál fué entonces la misión de la mujer palestina
ante esta situación?. Cito las palabras de la activista palestina Reem
Alnuweiri respecto a esto: “La mujer palestina también se convirtió en
refugiada y su misión crítica fue mantener intacta la identidad nacional de
Palestina. Ella tuvo que curar los dolores, reunificar las familias, asegurar
la comida en la mesa junto a su
compañero,
y sobretodo, conservar la memoria… Los palestinos criados por familias de refugiados,
que nunca vieron Palestina, tienen un claro panorama de ello, sólo por las
memorias de sus madres y abuelas, y la trascendencia continúa a través de las
generaciones”.
Igualmente durante la guerra de
1948, las mujeres ejercieron un rol importante. En la misma cavaron trincheras
y refugios, y pelearon contra el ofensor en campos y ciudades.
En 1967, luego de la ocupación por
parte de las tropas israelíes de los territorios de Gaza y Cisjordania, las
mujeres palestinas participaron en protestas y marchas para combatir esta
situación. Es importante destacar en este período, el nombre de Intissar Al
Uazir, conocida como “Um Yihad”: madre, profesora de historia, oriunda de Gaza.
Fue una de las primeras militantes palestinas, desde que tenía 15 años. Fue
miembro del Consejo Nacional Palestino y del Consejo Revolucionario de Al
Fatah. Asimismo fue durante un tiempo, en 1966, el “cerebro” de todas las
operaciones militares de Al Fatah y dirigió
la lucha junto con Ahmed El Atrach y Abu Ali Iyad. Ella nos relata que un día
lluvioso de 1956, cuando tenía 15 años, encontraron una fosa común de jóvenes
(hombres y mujeres), en Tel`Et El Muntar,
ante el horror de tal escena, fue como un golpe en su cara, y decide
luchar contra la dominación sionista en su territorio, nos dice que estas
circunstancias son las que aceleran la concienciación revolucionaria.
Ya para finales de los sesenta, las
organizaciones principales de resistencia reconocen que las mujeres palestinas
son uno de los recursos más importantes que posee la revolución, además muchas
mujeres jóvenes recibían entrenamiento militar.
En otro aspecto cabe señalar, que
ya para finales de los años setenta, todas las facciones políticas palestinas
tenían comités de mujeres, aparte de las muchas
organizaciones
de caridad para crear conciencia y educar a las mujeres para resistir la
ocupación.
Cuando comenzó la primera Intifada
o “Levantamiento” en 1987, nuevamente la mujer palestina jugó un papel
significativo, al liderar las manifestaciones, creando comités de ayuda
popular, y en el mantenimiento de campañas de boicot contra productos
israelitas en las regiones de Gaza y Cisjordania. Al mismo tiempo se
enfrentaban a las fuerzas israelíes en las calles al exigir, una vez se tomaba
preso un niño palestino, su inmediata liberación, como si fuera su hijo.
Con la segunda Intifada, que
comenzó el 28 de septiembre de 2000, las mujeres continúan llevando adelante,
con esa fuerza de voluntad inquebrantable que las ha caracterizado, la
resistencia contra las tropas israelíes para lograr la independencia de
Palestina.
La mujer palestina ha tenido que
dar una lucha titánica contra muchas situaciones, como el de ser forzadas a dar
a luz en los puestos de control militar israelitas, del cual ya más de 20
mujeres y más de 36 niños han muerto, trayendo consigo entonces que aumenten
los partos en el hogar, que den a luz en lugares con condiciones inseguras o no
supervisados por personal capacitados en el área de salud, además de que se ha
multiplicado el número de embarazadas que no han recibido cuidados prenatales
debido a la restricción de movimientos, que mueran asesinadas bajo la metralla
de algún soldado israelita, el tener que sufrir la pérdida de su hijo, esposo,
padre, hermano, primo, tío u otro familiar o sino toda su familia, la
destrucción de sus casas, la falta de trabajo, el soportar vejámenes,
humillaciones, torturas, mala alimentación una vez están presas en las cárceles
sionistas y si están embarazadas la situación se complica más aún, pues algunas
de ellas ni tan siquiera les quitan las esposas en el parto, no reciben
atención médica y sus hijos no tienen nada con que jugar y si lloran, sus
madres son castigadas. El despojo de los árboles que una vez cultivaron, la
confiscación de sus tierras, por parte de los nuevos racistas, los nuevos
afrikaners de este siglo.
Éstos para reforzar su ocupación han
bloqueado o destruido cientos de rutas, controlan todos los viajes entre
Cisjordania y Gaza, han dividido los
territorios en comunidades aisladas, prohibiendo que la población
palestina pueda circular libremente entre ciudades y pueblos. Los viajes que
antes sólo duraban minutos ahora duran horas. La población palestina necesita
de permisos para viajar de una ciudad a otra, y muchas veces estos permisos son
negados sin dar ninguna explicación. Debido a esto miles de personas se ven
impedidas de poder viajar a sus puestos de trabajos, escuelas, hospitales, etc.
Por otro lado se ha construido una masiva red de caminos la cual es,
exclusivamente para los colonos judíos, asimismo un impedimento principal para
la libertad de movimiento es la mal llamada “cerca de seguridad” israelí, el
cual está duramente militarizado, pero que en realidad representa el nuevo
símbolo del apartheid de este siglo.
Y ante la faz del mundo, todavía
algunos países se atreven a llamarlos terroristas. Al respecto reflexiono y me
pregunto: No les llaman así también a los insurgentes iraquíes por defender la
dignidad y libertad de un pueblo masacrado por las garras del imperialismo
yanqui?; hacen décadas, a los negros sudafricanos les llamaban “salvajes” por
luchar por sus derechos, a los indígenas americanos “bestias sin alma” por no
obedecer los mandatos de la corona española, a nosotros los panameños se nos
culpó también por los hechos acaecidos el 9 de enero de 1964 y se nos llamaba
comunistas por el sólo hecho de luchar por nuestra soberanía en todo el
territorio y eliminar esa “quinta frontera”... Se pretende pues, hacer ver que
las víctimas de las injusticias son los victimarios, nada más alejado y
distorsionado de la realidad.
Pero frente a las balas,
tanques, helicópteros, aviones de guerra F-16, misiles, bloqueo económico,
proyectiles de alta velocidad prohibidos por la comunidad internacional,
bombardeos a barrios palestinos, el poco acceso al agua, asesinatos de
activistas y líderes, el segregacionismo, el apartheid, la violación de los
derechos humanos, se levantan todos los días hombres y mujeres que le hacen
guerra a toda esta maquinaria del terror, mujeres que son un ejemplo de lucha,
como Helua Zidan, quien al ver como asesinaron a sus hijos y esposo, se armó de
valor y comenzó a disparar contra los soldados israelitas, Dallal Al Moghrabi, quien fue la primera
joven palestina que participó en una operación militar, llamada “mártir kamel
el Aduan, grupo de Deir Yassin”, al secuestrar un autobús en Tel-Aviv, en 1975; Maha Nassar, quien fue prisionera política,
miembro del Frente Popular para la liberación de Palestina y de la liga
Socialista Palestina, Leila Khaled,
quién llamó la atención al mundo sobre la lucha de los palestinos cuando junto
a otros camaradas del Frente Popular para la liberación de Palestina, secuestró
5 aviones en 1970 demandando la libertad de prisioneros políticos palestinos y
en el cual también participó un mártir del Frente Sandinista de Liberación
Nacional; Wafa Idris, quien fue la primera mujer palestina suicida al estallar
una bomba en un centro comercial en Jerusalén en enero del 2002; Ayat
Al-akhras, quien a sus 17 años se convirtió en ser la más joven mujer palestina
suicida al detonar una bomba en un supermercado de Jerusalén en marzo del 2002;
Hanadi Jaradat, valiente abogada, que a sus 28 años se convirtió en la sexta
mujer suicida contra la ocupación colonial judía, Fátima Omar Mahmud al Najar, quien a sus 64 años, en el 2006, en
respuesta al ataque al poblado de Beit Hanun, se ha convertido en la kamikaze
palestina de mayor edad hasta el momento y así muchas otras heroínas de
los barrios palestinos, dispuestas a sacrificar sus vidas por ver algún día su
tierra libre.
Con estos y miles
de ejemplos más, podemos estar seguros de que Palestina, jamás le faltara el
sacrificio de una mujer, de una madre, de una hija, porque solo así la victoria
está asegurada y será cosa de tiempo el ver a una Palestina libre y soberana
dentro del concierto de naciones prósperas.
FOTOS TOMADAS DE INTERNET